Publicado en El Pais, 29 de Agosto 2020.
El banco de sangre in Holanda ha detectado que hay más o menos 21 veces más infectados con COVID-19, que han sido confirmados. ¿Como lo saben? Cada mes, miles de personas donan sangre y los controlan también por anticuerpos para COVID-19. Después una corrección, se ha estimado que 6.5% de la población ha sido infectado, pero sólo el 0.3% de población fue detectado en el momento.
A estas personas positivas se les ha pedido llenar un cuestionario donde 38% menciono que tenía síntomas leves o ningún síntoma. Sin embargo, solo el 1.3% fue diagnosticado positivo en el momento de la infección. Cuando se les pidió llenar una prueba de auto diagnostico como si fuera en el momento de los síntomas, 52% llego a ser sospechoso. Esto significa que, si hicieron este cuestionario en el momento mismo con la prueba en el laboratorio, existía la posibilidad de detectar casos más rápido y así controlar la epidemia mejor.
¿Como esto puede servir a Bolivia? Primero, en Bolivia, es muy probable tener más de 2.2 millones de casos de COVID-19 y no solo los 110 mil que han sido confirmados. También es bastante probable que sean más si tomamos en cuenta la falta de pruebas en muchas ciudades. Esto significa que todavía hay casi 8 millones de personas que no han sido infectados y vale la pena proteger.
La solución es quizás más fácil que pensamos. La tasa de reproducción de COVID-19 se estima en 2.8. Pero lo reducimos porque sólo el 80% es susceptible. Si sobre esto las personas hacen cada día el cuestionario de auto diagnóstico y se ponen en auto cuarentena si sale positivo, podríamos reducir esta tasa con más del 50%. Sumando se llega a una tasa de 1.1 si incluimos la anulación de eventos grandes, máscaras y distanciamiento, seguro estaremos por debajo de 1, lo que hace que el virus desaparece mientras que sí podemos volver a trabajar y vivir en una manera más o menos normal.
Quizás no tiene mucho sentido encerrarte en tu casa si solo tienes toz seca o un poco de fiebre, pero esto sí podría ayudar a controlar la epidemia en un momento en que la economía ya no puede ser detenida con una cuarentena total.
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