Publicado en El Pais, 26 de Mayo 2021.
La semana pasada Bolivia tuvo 16337 nuevos casos de COVID-19 en sólo una semana. El numero más alto desde el inicio de la pandemia. Con este hecho, es muy probable que también se llegue al número más alto de muertos en dos semas. Ojalá todo mejore pronto, pero es difícil decir. ¿Qué está pasando? ¿Qué causa esto? Obviamente todo lo que puedo decir son hipótesis, pero voy a intentar explicar lo que podría estar causando todo esto.
Primero, es posible que la gente que se ha infectado en la primera ola realmente ha perdido su inmunidad y se esté re-infectando. La veracidad de esto sigue en discusión pero para la investigación tenemos pocos datos aún. Algunos dicen que una reinfección es menos severa y otros dicen lo opuesto. Varios modelos muestran que mientras más personas se contagien, menos personas resultarán susceptibles y menos personas podrán transferir el virus. Una lógica que también yo asumo. Ahora, con más datos e información, parecería que esta suposición no tiene tanta vida útil que pensábamos. Yo personalmente creo que es más probable que una nueva sepa sea la responsable para esto y que esta sea parte de la causa de la horrible tercera ola en Bolivia.
Segundo, creo que hay mucho optimismo por la llegada de las vacunas y que la gente se está olvidando de tomar las medidas simples, como distanciamiento, lavar las manos y evadir las multitudes. Yo entiendo que todos queremos celebrar cumpleaños y salir, pero todavía no es seguro. Tomen nota, hasta el momento, Bolivia solo tiene un millón de personas que recibieron su primera dosis y solo 300 mil personas recibieron la segunda dosis. Si incluimos la efectividad de las vacunas que varían entre 50% y 90% significa que quizás en promedio estos 1.3 millones de personas solo tengan un nivel de protección de apenas el 50%. Esto es sólo el 6% de la población. Muy bajo para hacer una diferencia.
Tercero, creo que el gobierno de Bolivia no esta tomando su rol seriamente como un gerente de la crisis y toma las medidas al azar impulsado por motivos políticos, emocionales y hasta personales. La población sigue este ejemplo. Si el gobierno sigue organizando fiestas y otras actividades presenciales no me sorprende que la población haga lo mismo. Además, no hay una buena información epidemiológica disponible en Bolivia. Para que la población realmente entienda la severidad de la situación, se tiene que ver claramente cada día como están desarrollando los datos y entender el riesgo para que puedan tomar una decisión de si o no exponerse a los riesgos de COVID-19.
Cada vez es más complicado entender el avance del COVID-19, cada vez tenemos mas preguntas, pero también sabemos cada vez más. Algo que hasta ahora sí queda claro es que los gobiernos y su población tienen un papel importante para controlar y resolver esta crisis sanitaria.
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