Publicado en El Pais, 13 Abril 2019.
El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 de las Naciones Unidas establece que “Todos tienen derecho a un nivel de vida adecuado, con salud y bienestar, incluidos alimentos, ropa, vivienda, atención médica y servicios públicos de buena calidad”. El día de ayer fui al Hospital Viedma para visitar a una paciente. Nos dijeron que nos dejarían verla sólo a las 22h00 así que llegamos a esa hora. Pude ver como 12 personas acomodaban cartones en el suelo para echarse al abrigo de una manta. Yo pregunté para qué hacían fila y me respondieron que era para tener ficha para el día siguiente ya que urgentemente necesitaban ver a un médico. Una señora mayor comentó que ya había dormido una vez pero cuando le tocaba recibir su ficha le dijeron que ese día el doctor tenía permiso y no tuvo más remedio que volver. Me dijo que si bien hay preferencia para mayores de edad, hay muchos con la misma necesidad y muchos se marchan sin ficha. Otra persona joven contaba que ella debe visitar regularmente al médico y tiene que sacar ficha para cada oportunidad indicando que esto se ha vuelto su calvario.
Además de este problema. Salud tiene otros. La venta de medicamentos falsificados para cirugía y otros tratamientos. El gobierno de Bolivia indicó que esta banda operó en todo el país durante los últimos cinco años. Yo me pregunto: ¿Cuántas personas habrán muerto o fracasado en su tratamiento por haber utilizado estos medicamentos?. ¿Cuántos médicos habrán sufrido un juicio por fallar en una cirugía gracias a medicamentos falsificados?. En Bolivia no se evalúa el tiempo de vida de una persona en tratamiento ni después de una cirugía. Tampoco se evalúa la eficacia de un medicamento antes de su compra pública. Si lo haríamos, quizás tendríamos más medicamentos de industria nacional y no tantos hechos en India o China que están prohibidos en muchos países porque no garantizan la efectividad.
Tenemos acceso a la tecnología pero no se implementa para mejorar la calidad de vida. Muchas instituciones tienen largas filas. Nadie utiliza la programación de citas con multas; ni para controlar por sistema el origen/destino de medicamentos. Peor aún, la burocracia gasta papeles (daño al medio ambiente), cobros a la población, y servicios de mala o regular calidad. Así, existen falsificaciones, filas, sin dar el derecho humano a tener servicios de salud de buena calidad.
El Sistema de Salud en Bolivia tendría que responder a los protocolos y estandares internacionales, sin embargo eso no es así por los insuficientes recursos y la inadecuada administración del estado,que al parecer tiene otras prioridades en su agenda. Creo que el problema no son los médicos, es el sistema de salud boliviano, y que la solución no pasa por asumir medidas coyunturales, sino por políticas de estado más serias y que trasciendan a cualquier gestioón de gobierno. Pero lamentablemente creo que por ahora no hay ni condiciones, ni garantías para tal efecto. Habrá no solo que esperar las condiciones sino procurarnolas como sociedad.
Tienes toda la Razón Aldo Zeballos. El gobierno tiene que poner como prioridad la salud para poder destinar fondos para este fin. Esta carencia y falta de gobernabilidad en el sistema de salud para que las cosas marchen bien “más allá de un bello discurso gubernamental sobre la salud” se tiene que invertir dinero y dar prioridad en la realidad para poder capacitar al personal de salud (administrativos, médicos), insumos y medicamentos de calidad, equipamiento y también montos para el mantenimiento de la infraestructura y de los equipos. Esto se requiere para avanzar en el sistema de salud y que verdaderamente éste sistema respete los derechos humanos de tener acceso a un sistema de cuidado de la salud con calidad.