El domingo de Ramos abre la semana santa con palmas y tradiciones que han perdurado a través del tiempo. Este domingo de Ramos toda Bolivia vivió la celebración con miles de feligreses que asistieron a las iglesias con palmas y ramos cargados de fe y alegría.
Este domingo visité la ciudad de Totora, una ciudad con arquitectura española de inicios del 1900. Se trata de una de las ciudades turísticas de Cochabamba y que era históricamente centro de producción de la hoja de coca además de cereales.
Sus calles conocieron días mejores porque la riqueza de sus habitantes se debió, principalmente, a la producción de la hoja de coca, en Yungas de Vandiola, lo que posibilitó la construcción de casas señoriales con detalles como hermosos balcones y la adquisición de lujosos muebles e instrumentos musicales, traídos desde Europa, por lo cual, en esos tiempos, existían más de cien pianos europeos. Y por ello tienen un “Festival nacional del piano” realizado anualmente con la participación de los más afamados concertistas a nivel nacional. Totora también tiene otras actividades culturales y religiosas a lo largo del año como San Juan y Año Nuevo.
En esta ciudad hay una tradición centenaria de procesión con el Señor de Ramos desde la casa de la familia Pozo, -donde se encuentra el Señor de Ramos hasta la iglesia de la ciudad. Para esta fecha, la iglesia prepara a cientos de niños para el bautismo y la primera comunión. El ambiente se llena de cantos y fieles que acompañados con palmas y ramos acompañan la gran procesión.
Parecería que el pueblo entero está en la procesión entonando cánticos en quechua y otros en español. El corazón de muchos turistas que vienen a la actividad se llena de emoción y fe al ver tanta unidad en las personas que caminan gritando frases como “bendito el que viene en nombre del Señor y paz en el cielo y gloria en lo alto” “Dios salve al hijo de David”.
El Señor de Ramos es una imagen muy antigua, hecha para cabalgar en un burrito con pies y brazos móviles. Alguno de los pobladores dona al burrito adornado para recibir al Señor de Ramos mientras otros llevan la biblia, incienso, palmas y otros para lograr que esta entrada por el pueblo sea triunfal. Una vez en la iglesia, la eucaristía se celebra en quechua así como los cantos. Todos los niños que realizarán su primera comunión se encuentran con sus atuendos limpios, velitas y crucifijos para escuchar la misa en la que por primera vez recibirán el cuerpo de Cristo. Muy emocionados junto a sus familias y padrinos atienden la misa.
Al finalizar la misa el Padre procede a bendecir a las personas y sus palmas. Cuando uno asiste a un lugar lleno, normalmente hay mucho caos y desorganización, excepto en la misa, donde todos son muy cordiales y pacientes a que el Padre llegue a sus asientos y les de la bendición. La tradición indica que estas palmas y ramos bendecidos no pueden ser descartados inmediatamente sino guardados en un lugar especial de la casa durante casi un año. Entonces, se debe llevar estas palmitas a la Parroquia y entregarlas para que las quemen y utilicen sus cenizas para el miércoles de ceniza del siguiente año que se celebra 40 días antes del domingo de Ramos.
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