Publicado en El Pais, 4 de Agosto 2021.
A medida que los casos de COVID comienzan a disminuir, las áreas comienzan a eliminar las restricciones y vuelven a una vida que se parece un poco a lo que era antes de la pandemia. Es comprensible que esta sea una buena noticia, ya que muchos están cansados de quedarse en casa todo el tiempo y quieren socializar, pero algunas de las restricciones que se han levantado han llevado a muchos a rascarse la cabeza y me pregunto por qué tenemos tanta prisa por eliminarlas todas.
Una provincia de mi país, por ejemplo, ha vuelto completamente a la normalidad, sin máscaras, sin distanciamiento social y sin restricciones de multitudes, todo a pesar del aumento del número de casos. El 16 de agosto van un paso más allá, las personas que den positivo por COVID-19 ya no tendrán que ponerse en cuarentena, es decir, si estás enfermo con el virus, puedes ir al supermercado sin mascarilla y correr el riesgo infectando a todos los que te rodean. El argumento es que si estas vacunado, no debes preocuparse por enfermarse incluso cuando estas expuesto al virus.
Es comprensible que el cambio de política haya dado lugar a críticas rápidas, pero también me ha hecho cuestionar ¿cuál es la prisa por volver completamente a la normalidad? Hay mucho término medio entre esconderse en su casa y pretender que el virus no existe. Incluso si los casos han disminuido y el riesgo de infección es bajo, debemos mantener la guardia alta, ya que otra ola puede ser devastadora para la economía y ponernos de regreso donde comenzamos. Usar una mascarilla es una manera fácil de prevenir la propagación y no hay ningún daño en usarla en situaciones en las que puede no ser necesario. No se puede decir lo mismo al revés e independientemente del número de casos, todos los pacientes con covid deberían ser obligados a poner en cuarentena.
Sé que todos quieren volver a la normalidad y con ligeras modificaciones en nuestra vida cotidiana podemos hacerlo, pero actuar como si la pandemia hubiera terminado por completo es imprudente y puede causar mucho daño. Debemos tener cuidado al acercarnos a la línea de meta, o de lo contrario nunca llegaremos allí.
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