Publicado en El Pais, 21 de Julio 2021.
A muchos gobiernos les gusta decir que sus políticas y leyes son basadas en el pueblo. Pero, ¿cuánto de participación tiene el pueblo en la creación de la misma?. Y si existe participación, ¿son suficientemente representativos de diferentes sectores de la población? y ¿en qué parte del proceso participaron y de qué forma? ¿Cómo se arreglaron las posturas que generaban conflicto?. La participación ideal puede ser el reflejo de una mayoría de la población y representa una necesidad latente.
Si bien la participación está incluida en la normativa para la creación de leyes, la participación no es clara. Al final, para que una ley ayude a mejorar la calidad de vida de las personas, es importante que la gente presente posturas diferentes y juntos entablen discusiones sanas basadas en la evidencia y lleguen a un acuerdo mutuo de que lo que se elige hacer, es lo mejor para todos o por lo menos, para una mayoría.
Para esto, es importante sopesar la evidencia ya que un caso no hace la regla, pero, un caso también puede ser la punta de un ovillo. Por lo tanto, la discusión de posturas diferentes es saludable para reducir la brecha en la sociedad. Es saludable tener posturas críticas y opuestas entre los que realizan las leyes y entre los llamados a participar. Por supuesto que esta sesión o sesiones tendrán conflicto ya que diferentes personas con poder se reúnen, cada uno tiene su propio punto de vista, sus intereses, y su ideal de solución al problema. Resolver el conflicto durante la creación de una ley, puede tomar tiempo, pero, no es un tiempo perdido, ya que se gana en perfección. Si la ley es hecha con gente de ideas similares, seguramente la ley tendría muchos sesgos y no sería integral. Esto puede llevar a un fracaso en su implementación, manteniéndola solo en el papel y generando mucho rechazo en su aplicación.
Las políticas se hacen con el fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en el corto y largo plazo. Se debe tomar en cuenta los riesgos de su implementación y precautelando soluciones a estos efectos. Toma tiempo porque una ley no debe ir en contradicción con las demás leyes ya existentes, y debe precautelar los derechos humanos fundamentales (p.ej., trabajo, seguridad social-económica). Y para esto sirve la participación de las partes contrarias desde el inicio hasta el final de la redacción.
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