Publicado en El Pais, 31 de Octubre 2020.
Esta pandemia ha sido dura para todos, independientemente de sus circunstancias. Al comienzo de las órdenes de quedarse en casa, muchos esperaban que, si cumplíamos, el virus desaparecería y podríamos volver a la normalidad. Quédate en casa, mira Netflix, hornea pan durante un par de meses y luego organiza una gran fiesta para celebrar. Pero, aquí estamos 7 meses después y con un gran repunte de infecciones, la segunda ola parece haber llegado con más casos que nunca. Nos quedaremos adentro por un tiempo.
No es una sorpresa que la salud mental esté comenzando a afectar a muchos, ya que permanecemos aislados de nuestros amigos y familiares. Es por esta razón que se ha desalentado el uso del término “Distanciamiento social” a favor del “Distanciamiento físico” como una forma de promover la socialización con tus amigos a través de Zoom o llamadas telefónicas, pero todos sabemos que no es lo mismo. Queremos salir, ir a un bar, a un restaurante, ir a bailar, cualquier cosa para volver a sentirnos normales.
Es por esta razón que creo que deberíamos examinar formas en las que podamos socializar de nuevo en forma segura. No sé cuál podría ser la más segura para cada sector de la economía (restaurantes, deportes, educación, etc.), ni quiero especular por miedo a dar malas ideas. Sin embargo, si podemos descubrir cómo tener alguna forma de interacción cara a cara (o de máscara a máscara) y manteniendo el distanciamiento físico, este contacto social podría ser útil para nuestra salud mental.
Puedo entender que esto pueda parecer un problema de baja prioridad dado lo que está sucediendo en este momento. Pero, a medida que continúa el bloqueo, la paciencia de la gente comienza a disminuir y ya lo estamos presenciando. Las protestas de los encierros son mundiales. La gente va a fiestas desafiando las leyes locales y se están abriendo bares de forma clandestina. La socialización continúa, nos guste o no, y la forma en que lo hacen es bastante peligrosa y probablemente causará más brotes. Si encontramos un término medio para un evento de socialización de bajo riesgo, estas mismas personas pueden renunciar a las fiestas, al menos por ahora, y todos podríamos seguir interactuando socialmente manteniendo la distancia necesaria y continuar dispuestos a pasar mayor tiempo en casa sin fiestas durante algún tiempo más.
Be the first to comment