Publicado en El Pais, 28 de Marzo 2020.
Durante esta crisis del Covid-19, me encuentro al mismo tiempo asustado y fascinado. Por un lado, estoy preocupado por la salud de todos y por el estado de la economía. Por otro lado, tengo mucho interés sobre cómo los países están lidiando con este brote y trato de pensar qué es lo mejor que se puede hacer en esa circunstancia.
Bolivia optó desde una etapa muy temprana por cerrar las fronteras, detener el transporte de personas y puso un toque de queda con pocas excepciones. Debo admitir que cuando leí por primera vez estas medidas, pensé que era una exageración completa. Después de ver mejor la situación, estoy completamente de acuerdo con esta medida. Aunque probablemente sea un gran sacrificio para la economía, es probable que sea el único escenario que la economía y la sociedad bolivianas podrían enfrentar. Si Bolivia lo hubiera tomado a la ligera como lo hicieron varios países europeos, ya habrían tenido muchos más casos y, en consecuencia, se tendría más muertes. El sistema de salud de Bolivia no tiene la capacidad para manejar muchos casos en terapia intensiva, muchos países no lo tienen tampoco. Por lo tanto, si desea salvar vidas con recursos médicos limitados, es la mejor estrategia, aunque detener toda la economía podría ser muy costoso.
Los sistemas de salud en todo el mundo tienen recursos limitados y estas limitaciones deben tomarse en cuenta al definir la estrategia para enfrentar el Coronavirus. Por lo tanto, Bolivia no puede permitirse que el brote alcance los niveles italianos o de Nueva York. Se necesita tomar medidas muy severas en una etapa muy temprana. La pregunta es ¿hasta qué punto estamos dispuestos a quemar nuestra economía para salvar vidas? ¿Cuánto tiempo Bolivia puede paralizar la economía? La gente tendrá que volver a trabajar en un momento para ganar dinero para comprar sus necesidades diarias. En los países desarrollados, los gobiernos con grandes bolsillos compensarán a los trabajadores y a las empresas por los ingresos perdidos, pero igualmente se necesita volver a la rutina y tomar medidas de seguridad para evitar más contagios.
Una ventaja irónica es que los bolivianos tienen experiencia con economías paradas. Han tenido conflictos sociales y políticos en el pasado que han paralizado la economía y después han salido adelante. Quizás esta experiencia pueda servir de ayuda durante este bloqueo por salud a Bolivia y a otros países. El aspecto más importante es que todos tendremos que trabajar juntos y ayudarnos mutuamente para superar este brote.
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