Publicado en El Pais, 12 Marzo 2019.
Parece que cada día que pasa la edad promedio de los niños que reciben su primer teléfono celular es menor. Así que cuando son jóvenes ya son expertos en su uso. Los padres a menudo les prestan sus teléfonos para jugar juegos diferentes. Ya hablé de los problemas con niños que, sin saberlo, están acumulando facturas en las compras de aplicaciones. Pero hay otra salida en la que los niños pueden gastar dinero de sus padres a través del uso excesivo de datos y llamados.
En mi país de origen, cada pocos meses parece haber una historia de un padre indignado por una gran factura telefónica causada por sus hijos. El proveedor de telefonía enviaría advertencias al propietario del número (en este caso, el niño) y con frecuencia sería ignorado. El resultado es una sorpresa desagradable cuando su factura de teléfono llega por correo.
La respuesta a los medios de comunicación por parte de los padres suele ser la misma: “¡Son solo niños!”, “¿Cómo se supone que deben saber?”, “¿Por qué se notificó a mi hijo y no a mí?” Seguido de una demanda para que la factura del teléfono ser reducida. Por supuesto, la factura nunca se reduce y, aunque simpatizo con los padres, tendré que estar de acuerdo con la compañía telefónica en este caso. Los detalles de su plan están delineados antes de registrarse y depende del usuario entender y cumplir.
La razón por la que me siento de esta manera es simple. Cuando recibí mi primer teléfono, mis padres me dieron una larga charla sobre las responsabilidades que conlleva, lo que está incluido en mi plan y lo que no es tan bien como los peligros de hablar mucho o hacer llamadas de larga distancia. Suena como en los casos descritos anteriormente que la conversación no se llevó a cabo o al menos no es efectiva. El hecho es que un teléfono celular es una gran responsabilidad, algo que muchos padres parecen no entender, y dar a un niño no debe tomarse a la ligera. Todos los niños deben recibir una explicación completa sobre lo que cuesta y lo que no cuesta dinero antes de que se les otorgue el rango libre y, si están en una edad en la que no entienden, simplemente entienda que son demasiado jóvenes para un teléfono.
Sé que es difícil ponerse del lado de una compañía telefónica, pero debemos responsabilizarnos de los errores de nuestros hijos. Si no cree que comprendan, entonces lo mejor que puede hacer es esperar antes de entregarle su teléfono en desuso. No será el fin del mundo si tienen que esperar un par de años más cuando se sientan completamente preparados para entender las responsabilidades de ser dueño de un teléfono de llamadas.
Be the first to comment