Barreras para los peatones

No se puede caminar tranquilo en nuestras ciudades y menos ir en bicicleta. Con tantos autos, micros y trufis, hacer un viaje con bicicleta o a pie es un desafío tremendo porque los peatones y ciclistas parecen más que invisibles para los motorizados. Peor aún, son también invisibles para las alcaldías y la policía que no se preocupa por ellos y su seguridad.

Libertad para decidir caminar. Amo caminar pero cuando estoy caminado, tengo que fijarme muy bien cada paso que doy. Yo tengo 1.85 metros. Y corro riesgo de golpear mi cabeza con letreros o palos de sombrillas de los puestos de ventas. También tengo que fijarme para no tropezar sobre los escombros en la acera, con losetas que están  levantadas por las raíces de un árbol o con aceras en desnivel que los dueños hacen para diferenciarse de su vecino.


Todos los puestitos de vender, jugos, comida, carretillas y hasta mesas de las tiendas que para reducir la competencia de los informales sacan sus productos también a las aceras…. Todo parece más similar a un bloqueo que un buen servicio a la ciudad para el peatón y no ayuda cuando uno quiere caminar tranquilo. Muchas veces los choferes se quejan sobre el mal estado de las avenidas, pero el estado de las aceras es peor. Yo me pregunto frecuentemente, si yo tengo dificultades para transitar las calles, como podrán hacerlo las personas adultas mayores, las personas con discapacidad o los papás con cochecitos de bebé. ¿Realmente las calles dan la libertad para caminar?
Reglas de tránsito. Lo mismo ocurre si queremos cruzar la calle y hay semáforos sólo para autos, los que son para peatones, no existen o han dejado de funcionar. La alcaldía da más preferencia a los autos y a la velocidad que puedan alcanzar y no así al peatón que tiene que ingeniarse para cruzar la calle sin ser atropellado.
Por ejemplo. El semáforo se torna rojo, el peatón debería poder cruzar pero cuando lo está haciendo es posible que un auto tome la curva y quiera pasar por encima de la persona sin saber que el peatón tiene toda la prioridad. Ni la policía de tránsito que controla sabe esto y ¡no controla! El peatón siempre es ignorado por el auto que presiona la bocina para mostrar que el auto es primero.


¿Las alcaldías hacen algo con su personal de control?  Latinoamérica se ha convertido en la región donde más personas mueren en accidentes de tráfico en todo el planeta sólo por ignorar las leyes de tránsito.
Paciencia. Los padres que tienen que cruzar la ciudad con un coche de bebé tienen que tener una habilidad tremenda porque en la mayoría de las cebras no tienen rampas para descender o subir a la acera; y las que tienen, también tienen coches parqueados bloqueando ¡sin que nadie les multe! Peor aún, muchas cebras están fuera del rango de protección de las aceras y ponen en peligro la vida de las personas, sobre todo con los coches que ni ven las cebras como un lugar de parada sino que paran en las cebras. El mismo problema ocurre para los ancianos, niños o discapacitados que quieren salir a disfrutar de una vuelta por su querida ciudad. Muchas veces me doy cuenta de que el tráfico no tiene paciencia y para todo bocinean o avanzan mostrando que no desean esperar. Y por otro lado, nadie llega temprano a ningún lugar…
Si realmente queremos resolver el congestionamiento, debemos entender que en el centro no podemos parquear en unos metros de donde tenemos que ir. En todas las ciudades en el mundo, parqueas tu auto y tienes que caminar por lo menos 200 metros para llegar a tu trabajo, tienda, oficina, etc.
Segundo, necesitamos parqueos. Utilizar las calles no es una solución óptima porque sólo consume la capacidad de circulación. Varias investigaciones han mostrado que mucho del tráfico circulante, son autos buscando un parqueo. Tercero, si realmente queremos que haya libertad para caminar más, tenemos que pedir a la alcaldía y su personal que trabaje para darnos una vida más segura para caminar. Eliminar los puestos de venta, publicidad informal, homogenizar las aceras, mantener los arbolitos como lo hacen muchas ciudades en el mundo.
Se tienen árboles en muchas calles en vez de vendedores, se los mantiene anualmente. Aquí, nadie mantiene nada y cada uno puede construir la acera de su gusto al nivel de su antojo.

Publicado en El País: 08-AGO-2017

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Arnold Hagens es Economista con un interés fuerte en tecnología, health y coaching

1 Comment

  1. Triste realidad. Traduce bajo nivel de educación y de conciencia social. Finalmente se convierte en una gran Bola de nieve que arrastra a propios y extraños….

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