Publicado en El Pais, 26 de Junio 2021.
El mundo es muy competitivo y muchas empresas tratan de mejorar la productividad de su personal al punto máximo. Hay muchas maneras que aprendemos en la teoría de la gestión de los recursos humanos para mejorar la productividad del personal. Pero esta teoría se aplica de diferentes maneras en el mundo anclada quizás en la cultura de cada país. ¿Cuál funciona mejor? Habría que fijarse las estadísticas del Banco Mundial sobre la productividad del trabajador (con paridad del poder adquisitivo) en los últimos diez años. Entre los primeros países se encuentran Noruega, Irlanda, Luxemburgo, Suiza, Dinamarca, Australia, Suecia, Estados Unidos, Bélgica, Francia, Finlandia, Holanda. Y entre los sectores más productivos están la minería y el sector financiero con hasta 200 veces la productividad de otros países.
¿Qué hacen diferente? Si sólo nos enfocamos en dos aspectos: el buen trato y el uso de la tecnología. Igual, esta forma de trabajo espera resultados, pero para lograrlos otorgan un buen trato. Este buen trato incluye colaboración jefe-empleado para obtener lo mejor del trabajador y ayudarle a lograr lo que se espera de él asumiendo en parte la responsabilidad de los resultados (buenos o malos). Quizás ayuda el hecho de que no existe una jerarquía efectiva (colegas trabajando) en los cuales la comunicación es fluida y sin miedo a la crítica constructiva.
En otros países, entre las razones más mencionadas que bajan la productividad están: el miedo a los gritos del jefe, expectativa de un engaño en el proceso de trabajo, comportamientos tóxicos de arruinar al otro, falta de reconocimiento para un trabajo autocontrolado (sobre control), descuentos de sueldo por cualquier razón, mucha jerarquía y falta de una forma de trabajo que tenga un balance entre el trabajo y la vida personal (todo el día trabajando).
¿Qué pasa con la productividad en tiempos del COVID-19? Los países que no se adaptaron a trabajar desde casa con las nuevas tecnologías (manejo de tareas, proyectos, tiempos, etc.) seguramente estarán preocupados por el gran bajón de la productividad. Hoy se ve que las empresas del sector educación y salud son las más afectadas, sobre todo, en comparación con los países que sí se adaptaron. Hoy, los países que se adaptaron están mostrando una alta productividad que no afectó a su población ya que no bajó la calidad ni el ritmo de trabajo. De hecho, muchas empresas continuarán trabajando híbridamente (desde casa y oficina) después del COVID-19 ya que este sistema funcionó muy bien.
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