Publicado en El Pais, 22 de Septiembre 2020.
Como parte de una transición para volver a la normalidad, algunos gobiernos están permitiendo que los restaurantes abran en condiciones especiales. Donde yo vivo, primero admitieron que se podía comer en el patio al aire libre, no al interior. Ahora, se permiten que algunos coman adentro con una capacidad limitada para mantener la distancia entre comensales. Normalmente, un patio se considera un lujo para un restaurante, por lo que, para nivelar el campo de juego, las ciudades han cerrado partes de la calle para crear un patio para estos. Esta idea creativa les ha proporcionado un salvavidas muy necesario mientras intentan mantenerse abiertos.
La idea, por supuesto, ha demostrado ser popular, pero tiene un defecto fatal: los patios son estacionales. El verano terminará en unos hace unos días y, sin embargo, ya estamos experimentando un clima de alrededor de 10 grados y, aunque los canadienses tenemos una mayor tolerancia al frío, 10 grados no es exactamente clima de patio. Al caminar por una calle popular, noté que los patios estaban casi desiertos, mientras que hace solo un par de semanas estaban llenos (relativamente hablando).
El clima más agradable también ha sido un refugio para muchas personas, ya que habían estado saliendo a hacer ejercicio, teniendo reuniones socialmente distantes en el parque o yendo afuera para explorar. A medida que el clima se vuelve más frío y nos acercamos al invierno, nos veremos obligados a entrar en casa y, ya fatigados por la pandemia, la gente ignorará las reglas de distanciamiento social yendo a fiestas o cenas que se considerarán inseguras.
Para combatir esto, los gobiernos deben promover actividades que aprovechen el clima frío, subsidiar la ropa para el clima frío para familias de bajos ingresos y organizar eventos socialmente distantes que puedan convencer a la gente de salir en lugar de pasar el rato con sus amigos adentro.
Todo el mundo habla de una segunda ola y en algunas partes del mundo ya ha sucedido. Por mucho que sigamos diciéndoles a todos que se mantengan a salvo y se queden en casa, ya no es una opción. Las personas están siendo empujadas al límite y si los funcionarios del gobierno no intentan al menos ayudar a socializar de manera segura, la gente lo hará de manera insegura.
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