Publicado en El Pais, 4 de Junio 2019.
Si mira la etiqueta de muchos productos y distinguiremos la familiar etiqueta “Hecho en China”. Muchos productos de compañías estadounidenses se fabrican en China, incluidos iPhones, jeans y zapatillas deportivas. Los Anti globalistas a menudo ven a China como el enemigo, ya que les gustaría ver que esos empleos de manufactura se trasladen a su propio país y los Estados Unidos no son una excepción.
Durante la campaña presidencial de Trump, durante mucho tiempo presionó contra el acuerdo comercial con Canadá y México (TLCAN), así como contra el déficit comercial con China. Prometiendo poner a “América Primero”, Trump había renegociado los términos del TLCAN para ser más favorables hacia los Estados Unidos y ahora tiene a China en la mira. Aquí está lo que está en juego:
- Tarifas. Para combatir este déficit, Trump impuso un arancel a los productos chinos que ingresan a los Estados Unidos por un valor de $ 250 millones de dólares. Estas tarifas teóricamente harán que los productos estadounidenses sean más competitivos para sus contrapartes chinas. Por su parte China ha contrarrestado con aranceles similares.
- Propiedad intelectual. A menudo, como requisito para que las empresas ingresen al mercado chino, deben entregar sus propiedades tecnológicas a empresas locales a través de una “joint venture”. A menudo, esto resulta en un robo de tecnología. China también tiene un pobre historial de piratería ya que muchas películas, juegos y software se distribuyen ilegalmente. No obstante, China afirma que ha mejorado en este frente.
- Bolsa de Valores. Se estima que el DOW Jones ha dejado casi $ 5 billones en la mesa como resultado de la guerra comercial con China. Dejando a toda la economía global en riesgo de un crecimiento más lento.
- Empresas de la lista negra. Huawei ha sido recientemente incluida en la lista negra por el gobierno de los Estados Unidos por hacer negocios en los Estados Unidos y con compañías estadounidenses. China ya ha prohibido a varios gigantes estadounidenses de la tecnología, como Google, Twitter y Facebook, aunque sea más por la restricción de información que por una guerra comercial, pero todavía hay algunas empresas a las que el gobierno puede atacar, incluido Microsoft.
Yo mismo soy globalista, así que odio ver guerras comerciales. Parece que el mundo entero está conteniendo la respiración mientras miran cuál de las partes realiza el siguiente movimiento.
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