Publicado en El Pais, 22 Diciembre 2018.
Muchas veces en el año y sobre todo en las fiestas de fin de año, uno siente la presión para comer fuera de sus márgenes saludables. Uno puede pensar que dejar de comer después hará que se vuelva al peso ideal. Sin embargo, dejar de comer, es un método no sostenible en el tiempo. Comer sano no sólo depende de una resolución individual sino también de nuestro entorno. Si la sociedad piensa “los niños gorditos están más saludables”, “cuidar lo que uno come es una tortura”, “vivir sin dulces es una vida aburrida”, seguramente tratar de mantener una vida saludable será complicado. ¿No les ha pasado que cuando están en el trabajo y sienten hambre sus compañeros están dispuestos a pedir “salteñas con gaseosa” o “sándwich con todo y refrescos súper endulzados”?. Sentir hambre en el lugar de trabajo puede implicar toda una nueva comida entre comidas. ¿Y qué tal si uno no siente hambre pero todo el equipo de trabajo va a pedir algo para comer?. Comer fruta, tomar agua o un té, comer frutos secos no está en el plan porque es demasiado simple. Muchos compañeros de trabajo pueden aceptar esta idea una vez pero después continuarán con los pedidos para comprar algo más elaborado.
En nuestro entorno se ha hecho difícil elegir opciones saludables. Muchas cosas, aún, las que parecen saludables contienen en realidad mucha azúcar o mucha sal. Los que preparan sienten la obligación de poner extra sal para resaltar el sabor, o extra azúcar porque de lo contrario el cliente pensaría que no está rico. Lo mismo nos pasa cuando invitamos a gente a nuestra casa. Nos vemos en la obligación de comprar masitas, saladitos y gaseosas para no arriesgar de que nuestros invitados se aburran comiendo algo más saludable. Y como invitados sentimos el deber de comer lo que nos ofrecen, mejor en gran cantidad, para no hacer sentir mal a nuestro anfitrión que se preocuparía de vernos comer poco.
Si!, el entorno es muy importante a la hora de mantener una dieta saludable. Las expectativas de la sociedad, nuestras expectativas, son formadas a través de la cultura y costumbres. Si nuestro entorno no favorece una alimentación saludable, no podremos hacerlo solos de una manera fácil ni sostenible. Para lograr un entorno facilitante, es importante la participación del gobierno con políticas de educación y promoción de la salud orientadas a ofertar un entorno más saludable.
Be the first to comment