Publicado en El Pais, 10 Octubre 2018.
A lo largo de México y Bolivia, noté que muchas tiendas que tienen productos de marcas reconocidas como Ray Ban, Oakley y Apple se encuentran a precios muy asequibles. Todo el mundo sabe que estos productos son falsificados, y si no es su culpa pensar que puede obtener un iPhone X por $ 100. A menudo no necesita ser un experto para saber que los productos son de calidad inferior al original. Sin embargo, para muchos, eso no importa, ya que son capaces de mostrar la riqueza que no pueden tener y obtener el prestigio que viene con la marca. Ahora, no todos están contentos con este acuerdo; es decir, la compañía que fabrica los bienes reales. Y, si bien hay poco que puedan hacer en los mercados en desarrollo, hacen todo lo posible para ingresar a Norteamérica y Europa. No obstante, por muy infelices que estén con respecto a estos productos falsos en la calle, muchas compañías admiten vergonzosamente que existe un beneficio al tener estos productos en el mercado, es decir, como una forma de publicidad.
Bill Gates mismo ha declarado que preferiría que alguien usara un sistema operativo pirateado de Windows en lugar de usar a sus competidores, ya que crea un nuevo usuario que podría algún día comprar el producto real. Un ejecutivo de una chaqueta canadiense, Canada Goose, se queja de la interminable lucha para evitar que lleguen las falsificaciones, pero al mismo tiempo admite que la marca está ganando reconocimiento en países que nunca antes habían estado. Gracias a los falsificadores, la marca ya es conocida en China y ha logrado ingresar a China mucho más fácil.
Esto no quiere decir que perdono los productos falsificados, ya que daña al creador original. Es posible que no sienta simpatía por las grandes empresas, pero muchos diseñadores que trabajan para estas compañías podrían perder mucho dinero y considerar que ya no vale la pena proponer nuevos diseños. Independientemente de cómo se sienta, el hecho es que estos productos falsos existen y probablemente existirán durante mucho tiempo. Claro, las compañías deben mantener la lucha y detenerlas, pero al mismo tiempo, si aprenden a aprovechar la situación, deberían disminuir un poco el sentimiento de daño e incluso beneficiarse con ella.
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