Experiencia de nutrición

Publicado en El Pais, 18 Septiembre 2018.

Normalmente escribo sobre tecnología desde una perspectiva financiera, pero hoy tuve una experiencia única que creo que sería una lectura interesante. Hoy me pidieron ayuda en un taller de nutrición en una escuela en Cochabamba que ayuda a educar a los niños y adolescentes sobre los peligros de una alimentación no saludable. Nuestro objetivo no era decirles lo que deberían o no deberían comer, sino informarles sobre lo que contienen muchos de los alimentos de su dieta para decidir mejor qué elegir para tomar y comer. Si quieren comer una hamburguesa con papas fritas y digerirla con una coca cola deben saber que tiene casi 1200 calorías. Y correr por una hora solo quemará 500 calorías!

El trabajo fue interesante, y yo mismo aprendí algunas cosas nuevas. Cuando llegó el momento de hablar con los niños fue una experiencia gratificante (después de superar mi miedo a hablar español por supuesto). Fue gratificante, aunque estaba un poco perturbado por la tendencia que estaba viendo. Cuando hablaba con las clases más jóvenes, descubrí que prestaban más atención en comparación con las clases de los mayores que lo consideraban un descanso de sus clases habituales. El problema con esto era que si bien era agradable ver a los niños interesados en la nutrición, tenían poco o ningún poder adquisitivo, ya que los padres a menudo son reacios a dar dinero a los niños a esa edad y tienen poco control sobre lo que consumen en casa. Los adolescentes traen dinero todos los días para comprar el recreo, eran los que tenían poco interés. Llegado el momento del descanso, se apresuraban a comprar papas fritas y bebidas azucaradas en la tienda de la escuela, perfectamente resumidos al final con toda la basura tirada en el suelo.

Las escuelas en otros países, como Canadá y Estados Unidos, intentan combatir esta compra, limitando la cantidad de comida chatarra disponible en máquinas expendedoras y cafeterías para, al menos, tener cierto control. ¿Debería instituirse algo así en Bolivia? Quizás, pero no estoy ciego ante el hecho de que estas tiendas probablemente proporcionen fondos de dinero para la escuela y entiendan su renuencia a hacerlo.

Desearía tener la solución a este problema como así lo imaginan muchos otros científicos especializados en nutrición. Para mí fue clave que algunos me escucharon, incluso los que trajeron dinero a la escuela, y aunque no parece mucho, por ahora está muy bien.