Publicado en El Pais, 26 Marzo 2018
El miércoles pasado hubo elecciones en los Países Bajos para los consejos municipales. En los Países Bajos, como en muchos países, hay un creciente populismo, una fragmentación del paisaje político y una brecha cada vez mayor entre la política y la población. Al mismo tiempo, todos que estaban habilitados para votar pudieron votar en un referéndum consultivo a favor o en contra de una nueva ley de inteligencia para aumentar los poderes de los servicios de seguridad.
No es que el gobierno de los Países Bajos está feliz de mostrarse como un país democrático que aceptará el resultado de este referéndum. El gobierno ya anunció de antemano que se implementará la nueva ley de inteligencia. El resultado del referéndum no importa. Además, el Consejo de Ministros ha promulgado una ley que ya abolió el referéndum consultivo. Con demasiada frecuencia la gente decía “no”, como el referéndum para la Constitución Europea y el acuerdo comercial con Ucrania. Por esto, no se celebra un referéndum sobre la abolición del referéndum. Este curso de eventos aparentemente antidemocrático se lleva a cabo con la participación en el gobierno del “partido Demócrata 66”. Poco probable, pero cierto, ¡los inventores del referéndum!. La brecha de desconfianza entre la política y la sociedad probablemente no esté cerrada por el momento. Esto también se refleja en el porcentaje de asistencia a las elecciones municipales. Solo el 55% de los votantes se presentó. El año pasado, durante las elecciones para el parlamento nacional, el 82% votó.
En tiempos de disminución de la confianza en la política, los partidos populistas prosperan bien. El “Partido de la Libertad”, de corte derechista de Geert Wilders prospera y, por otro lado, especialmente en las grandes ciudades, el ascenso de DENK. Durante las elecciones para el parlamento nacional el 2017, esta fiesta, que se centra en las personas de origen inmigrante, ya obtuvo buenos resultados y ahora DENK ha ganado escaños en 14 ciudades. Solo los holandeses con pasaporte holandés pueden votar en el parlamento nacional, pero esta condición no existe para los consejos municipales. Ahí es donde reside el beneficio de DENK. Este ha movido a los inmigrantes a las urnas. En las grandes ciudades hay más populismo en los consejos municipales. DENK, por un lado, y el Partido de la Libertad, por el otro. Como resultado, la fragmentación en la población holandesa y la probabilidad de coaliciones políticas inestables parece haber aumentado aún más. ¿Es ese el precio de la democracia en los Países Bajos?
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