Por Arnold Hagens, MSc. Economia
En los últimos seis años, todos hemos visto cambiando calles a mercados y las plazas y plazuelas por mercados; sin embargo, raras veces no preocupamos mucho de este hecho, solo cuando se trata de la calle donde vivimos.
Cuando esto pasa nos quejamos porque se ensucia, por los malos olores, porque no hay paso etc. e intentamos que se vayan de nuestra esquina.
Algunas personas estarán pensando que debemos aceptar esto porque son gente pobre y esta es su forma de ganar algún ingreso para su familia. Estoy de acuerdo, todos debemos tener la oportunidad de generar un ingreso. ¿Pero dónde están los límites? En economía hay un concepto llamado externalidades negativas. ¿Qué significa? Una externalidad negativa es por ejemplo el ruido causado por un salón de fiestas. El salón de fiestas gana buen dinero gracias a su servicio pero los vecinos tienen que sufrir el ruido durante varias noches de la semana y no son compensados por este hecho.
Lo mismo podemos decir sobre la externalidad negativa causada por los vendedores de la calle. Ellos pueden causar congestionamiento vehicular o peatonal, ensuciar las calles, devaluar las calles donde se instalan o en el caso de vender comida, causar infecciones estomacales por la poca higiene con la que se maneja los alimentos (no tienen cadena de frio, los alimentos no son frescos, se manejan con aguas poco apropiadas, aceites reusados). Y más que esto, los vendedores de la calle perjudican a los vendedores que pagan un lugar legal y pagan impuestos para realizar su negocio. Personalmente, a mí también me molestan este tipo de asentamientos por las carpitas frágiles a baja altura y que muchas veces están a la altura de los ojos y que no dejan caminar libremente siendo inseguras para los ojos. ¿Acaso estamos siendo compensados por los retrasos que estos congestionamientos nos causan, por las visitas al doctor, las ventas perdidas de los negocios formales, el costo de la limpieza de las calles o los impuestos de los que si pagamos y que no se reflejan en una ciudad limpia y segura para caminar?
Las alcaldías son culpables de que esto esté ocurriendo porque ellos son los que están vendiendo las calles para que se pueda generar ingresos municipales. Primero ellos dan la facilidad para asentarse a cambio de un “sentaje” y así se respalda el asentamiento ilegal en las calles. Además, el municipio es cada vez más débil en su gobernanza para verdaderamente prohibir a personas nuevas que están entrando a la venta en las calles. Como en muchos casos el Municipio prefiere gastar el dinero en cosas innecesarias que en hacer una ciudad más amigable, limpia y segura. Es más fácil para ellos prohibir el parqueo y cobrar para parquear, pero no quieren pensar en una solución de largo plazo que es la creación de un buen lugar para parquear. Lo mismo hace con los vendedores de la calle. Cobran el sentaje pero no resuelven el problema fundamente como la limpieza, la libre transitabilidad en las aceras, la limpieza y la valorización de las calles de la ciudad.
Como he dicho, todos debemos tener la oportunidad de generar un ingreso para nuestra familia, pero también tenemos obligaciones. Prohibir con mano dura de un día a otro las ventas en la calle no es la solución pero tampoco los vendedores pueden seguir pagando migajas que no cubren todas las externalidades. Poco a poco, los vendedores tendrían que pagar un alquiler para sus metros y este alquiler debería cubrir los costos de las externalidades que producen. Al ser estos costos parecidos a los de una tienda legal, muchos abandonarán las calles por sí mismos y será más fácil regular y controlar las calles. Creo que esto es lo más justo frente las tiendas legales, que realmente apoyan al país y no causan externalidades como los vendedores en la calle.
Por otro lado, la gente no debería fomentar el comercio en las calles comprando a estos vendedores. Esta actitud los eterniza en su pobreza y en el comercio informal que no ayuda al progreso de nuestro país ni para los impuestos ni para una calle limpia. Si nosotros no ponemos reglas para un entorno que queremos, esto nunca va a cambiar.
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