Publicado en El Pais, 15 de Mayo 2021.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… sólo el libro es una extensión de su imaginación y memoria” (palabras de Jorge Luis Borges, escritor). Puede ser la mejor definición que demos a un libro, más allá de ver un grupo de pedazos de papel juntos rellenos de tinta, la unión de palabras es uno de los instrumentos más poderosos con los que contamos, “El lenguaje”.
Un libro es como una nave que nos transporta en el tiempo, es un lenguaje de comunicación atemporal; tiene su propio tiempo y no está ligado a nuestro calendario. Nadie escribe para el presente, escriben sobre el futuro o pasado, ya que es una fuente inagotable de conocimiento que nos permite explorar un universo infinito de posibilidades; desde hechos que ocurrieron hasta los acontecimientos que están por llegar, lo cual podemos documentar.
Bastantes ocasiones tenemos dificultades para entender pensamientos ajenos o posturas que son opuestas a las nuestras, gracias a los libros descubrí que las ideas nacen de las palabras, y estas quedan registradas a lo largo del tiempo; y así inmortalizar sus ideas.
Una forma de entender nuestras diferencias es recurrir al origen de las ideas que solamente podemos encontrarlas en un libro. En muchas ocasiones nos expresamos y plasmamos diversas emociones, a través de un libro ya que no es limitante y no censura, más bien todo lo contrario siempre encontrarás los espacios, para identificarte en algo tan simple como soñar. Entre tantas cosas que podemos decir, los libros me dieron la opción de definir mis experiencias; ese sentir tan particular y único que encuentras en un conjunto de palabras inmersas con tinta en escritas en papel, y que son el puente entre nuestra imaginación y la visión de quien un día se tomó tiempo para expresarse a través de ellos, pues estos son un medio de comunicación atemporal.
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