Publicado en El Pais, 10 Abril 2020.
En una búsqueda seria para encontrar medidas para proteger a la población, los gobiernos de todo el mundo han ideado todo tipo de estrategias. Estrategias diferentes que variaron entre una cuarentena completa (Bolivia), un cierre inteligente (Países Bajos), o solo el distanciamiento social (Suecia). El objetivo detrás de estas estrategias era de reducir el número de contactos cercanos entre las personas. Los impactos económicos son desastrosos y se espera que todo termine pronto, pero ¿cuándo? Se plantean preguntas si las medidas son suficientes y funcionarán efectivamente. Se pueden ver grandes diferencias entre las tasas de mortalidad de los países y se puede decir que es porque el brote comenzó más tarde. Pero esto no explica todo. Aunque todo comenzó en China, la tasa de mortalidad fue de 2.32 por millón de habitantes, en este momento España lidera las listas infames con más de 251 muertes por millón de habitantes. La gran pregunta es ¿por qué?
Ser mayor es un factor critico
Se ha demostrado desde el principio que cuanto mayor sea la persona (65 años o mayor), mayor será la probabilidad de que se infecte con COVID-19. Y si está enfermo, cuanto mayor sea, mayor será la tasa de muerte. Dicho esto, esto significa que los países con un mayor número de personas mayores también tendrán mayores tasas de mortalidad. En China, solo el 10.9% de la población tiene más de 65 años, mientras que en Italia y España es, respectivamente, del 22.8% y del 19.3%.
En el gráfico, el porcentaje de la población mayor de 65 años se cruza con el logaritmo de las tasas de mortalidad. La tasa de mortalidad por millón se expresa como un logaritmo, lo que significa que, por ejemplo, 2 es 102 es igual a 100. Esto se hizo para mostrar un gráfico más claro y para fines de análisis estadístico. Las tres líneas rectas son regresiones lineales para mostrar la correlación entre la participación de más de 65 años y la tasa de mortalidad. La línea de Asia muestra que el contagio ha reducido y el virus no es un gran problema. Europa muestra que la situación sigue causando muertes, y la línea de América (incluida América del Norte), donde se tomaron medidas anticipadas y se espera que se controle.
Algo que llama la atención es que las tasas de mortalidad son más bajas si el parte de mayor de 65 años es más baja. Ejecutando la regresión sobre todos los países muestra que el 45% de la variación del modelo (R2 = 0,45) se explica por la tasa de mortalidad en relación con la proporción de 65 años o más.
Algo para tener en cuenta es que el brote no ha terminado. Por lo tanto, podemos suponer que los números en Europa y América seguirán aumentando. Si observamos el gráfico, la línea de Europa subirá más. La línea de Asia probablemente solo se moverá ligeramente hacia arriba. Pero aún tenemos la pregunta para las Américas. Dado que muchos países de esta región tienen poblaciones jóvenes, la amenaza puede ser limitada a baja. Solo se tendría mayor peligro en los países con mayor número de personas mayores de 65 como la Estados Unidos y Canadá, por lo que su línea podría subir o volverse más empinada.
El virus se propaga más rápido en poblaciones mayores
Más personas mayores en una población aumenta la tasa de mortalidad. Al mismo tiempo podría incrementar la tasa de aceleración del brote. Una persona joven puede infectarse, pero al no tener ningún síntoma o atenuados, como tos o estornudos, la tasa de propagación puede ser más baja. Por otro lado, una persona mayor tendrá síntomas más fuertes y visibles que podrían propagar el virus más rápidamente.
¿Qué pasará en las poblaciones jóvenes?
Aunque el modelo solo explica el 45% de la varianza, y otras variables pueden ser necesarias para controlar el brote, los países con poblaciones más jóvenes probablemente sean más seguros que los países con poblaciones de gente adulta mayor. Observando, por ejemplo, Bolivia, donde solo el 7% de la población tiene más de 65 años, probablemente significa que, con las medidas correctas, su tasa de mortalidad podría limitarse a aproximadamente 2-3 muertes por millón de habitantes. Con una población de 11.5 millones, esto significaría de 23 a 34 muertes en total. Después de todo, la tasa de mortalidad de China con 10.9% de 65+ se quedó en 2.32. Dicho esto, dado que muchos de los países con poblaciones jóvenes también son los más frágiles desde el punto de vista económico, podrían tener la oportunidad de reducir pronto las medidas extremas de cuarentena y retomar las actividades diarias mas pronto que los países con poblaciones con mayor numero de adultos mayores.
¿Qué está pasando en Japón, Irán y otros?
Algunos casos atípicos o excepciones interesantes son el Japón, Irán y Ecuador. Japón tiene una población muy mayor y la tasa de mortalidad es muy baja. Irán muestra lo contrario a Japón. Aunque Irán tiene una población muy joven, su tasa de mortalidad es muy alta y sigue creciendo. Un tercer caso es Ecuador, que ha estado llamando la atención en las noticias por sus altas tasas de mortalidad en comparación con otros países sudamericanos y con medidas de cuarentena similares. ¿Qué está pasando en estos países? Aunque carecemos de datos para verificar la información específica por ciudad, estas excepciones podrían explicarse por: a) el mayor número de personas mayores de 65 años en ciertas ciudades y, por lo tanto, ser más proclives al COVID-19; b) la alta tasa de densidad de la ciudad que hace que el distanciamiento social sea complicado; c) medidas estrictas y de comportamiento disciplinado como en el caso de Japón.
Por supuesto, uno puede pensar en muchas otras razones relevantes para la velocidad y la gravedad del brote de COVID-19. No obstante, estos números que muestran la relación entre las edades y el número de muertes explican en parte de la diferencia entre los países. Y esto sería una base útil para tomar la siguiente estrategia de retorno a la actividad o mantener la cuarentena.
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