Publicado en El Pais, 17 de septiembre 2019.
Para muchas personas efectivo y eficiente es lo mismo. Pero no lo es. Eficiente es hacer algo con los menos recursos posibles y efectivo es lograr algún objetivo. Ser eficiente tiene todo que ver con los costos y beneficios, o mas resumido que es la utilidad. Ser efectivo es otra historia, especialmente para actividades de organizaciones sin fines de lucro como por ejemplo gobiernos o ONGs. Ellos reciben dinero para algún objetivó que tienen que cumplir. Ellos tratan de ser eficiente reduciendo los costos lo más posible, pero no viven en un ambiente competitivo que les hace difícil saber si son realmente eficiente. Además, ¿qué es el ingreso de una organización que lanza una campaña para motivar gente de no tomar alcohol y manejar auto al mismo tiempo? In realidad el ingreso de estas intervenciones son beneficios sociales. Menos muertos, menos heridos, más seguridad son beneficios para toda una sociedad.
El proceso para decidir qué intervención es los mas beneficioso, busca cual da mas valor para el dinero. Por ejemplo, si una campaña para reducir muertos y heridos en el trafico por alcohol cuesta 1.000.000 de dólares y logra reducir numero de muertos con 20 y heridos con 50, tenemos dos indicadores de efectividad. Entonces qué hacemos cuando hay otra intervención posible, construir un hospital para salvar niños con cáncer. Imaginamos que 1.000.000 de USD puede salvar 40 niños, ya tenemos otro indicador de efectividad, para que lo comparamos con la otra intervención. ¿Pero cuál elegimos? ¿Salvar 40 niños con cáncer, o 20 muertos y 50 heridos por el uso de alcohol en el tráfico? ¿Un dilema ético?
Podemos asignar un monto. Algunas organizaciones mundialmente estiman que un ser humano vale entre 7 y 9 millones de dólares. Si tomamos este en cuenta ambas intervenciones son eficientes y generan una utilidad. Otra forma será decir cuales son lo más efectivo y salva más vidas por cada dólar invertido. ¿Pero qué hacemos con los 50 heridos? Para esto aplicamos algo que se llama, “disponibilidad a pagar” y preguntamos a las personas que vale más salvar 40 niños, o salvar 20 muertos y 50 heridos en el tráfico. O pedimos directamente a cuál están dispuesto a pagar y cuánto dinero si lo tenían.
Al final todo tiene que ver con un beneficio social. Gobiernos y organizaciones tienen que estar consciente de hacer el análisis de eficiencia y efectividad antes de implementar un proyecto o una intervención. Algunos ahora seguro me reclamen, diciendo que no podemos asignar un valor a un ser humano. Lamentablemente en la realidad los recursos son escasez y tenemos que optimizar.
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