Proyecto de aborto en Bolivia

En los pasados días se planteó la ley del aborto para las mujeres pobres, madres con más de tres hijos y adolescentes. Muchos aplauden la decisión y otros no están de acuerdo.

Yo pienso que es un gran paso a las oportunidades que tiene una mujer para decidir si realmente está preparada para tener un niño pero este no debería ser el único esfuerzo que realiza el gobierno respecto a los derechos de las mujeres en salud sexual y reproductiva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se debe proporcionar información y servicios sobre aborto seguro de acuerdo con las directrices de la OMS (en “Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud” y en “Respeto de los derechos humanos al proporcionar información y servicios de anticoncepción”). En los últimos siete años he trabajado en salud sexual y reproductiva de los adolescentes con un trabajo comunitario.
En las encuestas de análisis de situación se ha podido determinar que menos del 30% de los adolescentes que están siendo activos sexualmente utilizan algún anticonceptivo. Y menos del 30% de las parejas que están teniendo relaciones sexuales frecuentes se sienta a hablar sobre el tema y como protegerse. Esto es un gran riesgo para que existan embarazos no deseados o riesgo de transmisión de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o VIH/Sida.
Los adolescentes conocen que puede pasar esto si no utilizan un condón por ejemplo pero en este momento también se juegan otros factores que hacen que no pidan utilizar un condón. Tanto los hombres como las mujeres tienen mensajes aprendidos desde que son pequeños, mensajes tradicionales y machistas pero que persisten en sus mentes y son difíciles de romper sin una educación integrada en sexualidad.
Ideas como “las mujeres deben llegar vírgenes al matrimonio”, “las mujeres no deben tener relaciones sexuales porque son como pétalos de rosa que van perdiendo así como su atractivo”, “las mujeres buenas no saben nada de sexo”, “el matrimonio es para traer hijos al mundo cuando así Dios lo mande” o “una buena mujer hace caso al hombre” etc..
Muchos de nuestros adolescentes conservan estos pensamientos y tienen una lucha interna al momento de enamorarse porque han aprendido que deben obedecer y no hablar. El chico pide tener relaciones sexuales y no saben cómo decir “no”. Los datos han mostrado que el 50% de las relaciones sexuales en mujeres y hombres se hacen sin amor sino bajo presión de la pareja, bajo influencia del alcohol o drogas. Entonces, donde está el derecho humano para que los niños y adolescentes reciban una educación integrada en sexualidad.
La legislación en Bolivia promueve y obliga a los colegios a impartirla pero no dice cómo, ni tiene indicadores concretos de cómo llevarla a cabo. Entonces los colegios que no tienen suficiente preparación en este tema y con docentes que aun sienten mucha vergüenza para hablar sobre ello tienen una clase sobre aparato sexual femenino y masculino, muestran un video sobre el aborto y ¡nunca más se toca el tema! Pero la sexualidad no es sólo eso, tiene que ver con los sentimientos, los cambios en el cuerpo y nuestras relaciones sociales. Muchos estudios han probado que una educación inadecuada puede ser peor porque persiste mensajes de machismo, tabú sociales y perjuicios discriminatorios. Aunque queramos taparnos los odios y ojos, los adolescentes en la actualidad están viviendo una etapa de enamoramientos tempranos expuestos a presiones para relaciones sexuales, alcohol y violencia.
Así que sería bueno que el Gobierno también tome enserio la educación sexual para que una persona que va a tener relaciones sexuales pueda decir NO si así lo quiere o negociar el uso de un anticonceptivo para no llegar al embarazo o tener que decidir sobre un aborto después.

Publicado en El Pais el 14-MAR-2017

About Kathya Cordova-Pozo 196 Articles
PhD. en Economia y Politica internacional. Realiza investigacion en el area de economia-salud y desarrollo.

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